Óscar Arpón pudo ser un gran Amigo de Kukleta, de aquellosde los cuales el respetable recuerda con el paso de los años pero, para su propia desgracia, su figura quedó ensombrecida, tanto en el inicio de su carrera como en el Betis, por la luz cegadora de uno de los mayores carismas que ha dado el fútbol patrio: Don Francisco Javier Sánchez Jara.
Quizás a ustedes el nombre de Arpón les suene vagamente pero ¿y si les mentamos a Sánchez Jara? ¿Alguien ha olvidado a Sánchez Jara? Pues aunque les cueste creérselo, esta circunstancia marcó al bueno de Óscar desde el inicio de su vida profesional. Cuando Arpón era uno de los canteranos más pujantes de La Masía, había destacado en con la selección Sub19 en la Copa Carabobo (literal) y empezó a contar como alternativa para Cruyff, el holandés repescó del Osasuna al bigote más famoso de los noventa (actualmente mito retro) que acaparó con su carisma al resto de compañeros que empezaban consiguiendo además que lo sacaran en los cromos mientras que otros como Arpon eran completamente ignorados por los mandamases de Ediciones Este. Que Arpón sudaba la camiseta en unos nada despreciables tres envites, Sánchez Jara jugaba en seis. Que Cruyff lo descarta durante la pretemporada de 1995 pues a Sánchez Jara también. Que su nombre suena como futurible del Betis como contraprestación al fichaje de Cuéllar por el Barcelona ¿Sabéis quién se rumoreaba que lo acompañaría? Exacto.
Esos rumores se tornaron finalmente en realidades y el doble de Jesulín de Ubrique (junto con Sánchez Jara) se convirtió en nuevo jugador verdiblanco pero como cabía esperar (por eso anda por aquí) no empezaron bien las cosas. Para empezar por fin saldría en las míticas estampitas y ademássería “coloca” (lo colocabas en el mismo recuadro que Alexis) una categoría que te puede llevar a alcanzar el misticismo entre los chavales pero llegó el de siempre y le jodió el invento. Sánchez Jara también era “coloca” pero no solo eso, era un coloca de los difíciles y además le habían hecho un cutremontaje al estilo Ediciones Este que eso vende mucho.
Oscar Arpón estaba convencido de poder demostrar la calidad con la que se desenvolvía en la banda con tendencia a entrar por la mediapunta pero el escaso carácter y la apatía que demostraba sobre el terreno de juego hacía que Serra Ferrer se decantara por otras opciones por lo que su concurso en el equipo no fue demasiado relevante. Le quedaba al menos su duelo particular con su compañero de diabluras y en este apartado la cosa iba bastante empatada. Parecía que Arpón contaba en más partidos pero Sánchez Jara le superaba en minutos, sin embargo había un hecho que les diferenciaba: Arpón le había hecho un gol al Compostela en la goleada por 5 a 0 al equipo gallego y Sánchez Jara aun no había mojado como bético. Esta circunstancia hizo que el de Calahorra mirara por encima del bigote a su compañero desde la jornada 9 a la jornada 41, pero amigos, llegó la última jornada y cuando el partido contra el Valladolid expiraba plácidamente con una amplia victoria pucelana Sánchez Jara tiró de pundonor y garra para a falta de cinco minutos para finalizar la temporada anotar su único gol como verdiblanco y empatar esta estadística con su compañero.
Aquello fue un mazazo demasiado grande para Óscar que sopeso incluso su retirada del fútbol cuando el Betis le comunicó que no contaba con él para la siguiente temporada y que se iría traspasado al Racing de Santander como moneda de cambio en el fichaje de Luis Fernández… junto con Sánchez Jara. No se lo podía creer. Otra vez el puto Sánchez Jara se cruzaba en su camino. Este duro varapalo sin embargo lo hizo más fuerte y en las dos temporadas que coincidieron en Cantabria Arpón fue una pieza importante de los racinguistas mientras que su compañero, y sin embargo rival, continuaba con su tónica habitual de mediocridad. Por fin Arpón se despojaba del lastre de la competencia de Sánchez Jara, lo que le dio suficientes ánimos para emigrar en solitario a Mallorca mientras que el bigotes permanecía en el Sardinero.
A partir de ahí sus vidas se separaron para siempre y Arpón se labró una longeva carrera en equipos de primera y segunda como el Osasuna, Polideportivo Ejido (donde se destapó como goleador anotando nueve tantos), Recreativo de Huelva o Salamanca antes de volver a su tierra para participar en el proyecto del UD Logroñes equipo con el que tuvo la oportunidad de enfrentarse a cracks mundiales y en el cual era titular indiscutible hasta que en el mercado de invierno de su segunda temporada le rescindieron el contrato sin motivo aparente. Con 35 años sabía que la retirada era más que evidente pero aun así se dio el “capricho” de disfrutar un año más del fútbol modesto en las filas del equipo de su pueblo, el River Ebro de la tercera división.
Tras retirarse en 2012 entró en el cuerpo técnico de su último club (hoy ha ascendido a primer entrenador) y se entretuvo disputando la Liga de Fútbol DinosaurioIndoor con el FC Barcelona junto con otras glorias culés como su paisano Santi Ezquerro.
Puede decirse que Óscar Arpón tuvo una carrera futbolistica más que correcta, larga y en la que se recorrió toda España pero siempre pesará una duda sobre él: ¿Qué hubiera pasado si la alargada sombra de Sánchez Jara no hubiera ejercido esa maldición sobre él durante sus primeros años profesionales ? Quizás hoy no estaríamos hablando de ningún Xavi…